Cyclamen, luz y color para este otoño

Los intensos colores de sus flores convierten el cyclamen (Cyclamen persicum) en la planta ideal para alegrar nuestros días otoñales. 

Florece en otoño, invierno y primavera, y es querida por sus colores alegres y su floración durante todo el invierno. Aunque su apariencia es delicada, su flor es fuerte, ya que emerge de un bulbo robusto.

Destaca por la originalidad de sus pétalos, que crecen de forma vertical como banderas izadas al sol, y sus hojas verdes en forma de roseta, tienen forma de corazón. Sus esbeltos tallos tampoco dejan indiferentes a nadie, son una declaración de elegancia y saber estar.

Miembro de la familia de las primuláceas, desde hace mucho el cyclamen es conocido como una planta decorativa. Su origen proviene de Asia Menor, y no llegó a Europa hasta el siglo XVI, donde creció en el Jardín Botánico Queen Elizabeth, entre otros lugares. La especie de cyclamen más utilizado es el Cyclamen persicum que es muy fácil de encontrar en invierno en  viveros y en nuestro centro de Jardinería. 

 Cómo cuidar un cyclamen

Le gusta los lugares frescos y con luz, evitar la exposición total al sol y las fuentes de calor cercanas.

• Es una planta qué bebe mucho, pero no le gusta el encharcamiento, por lo que mantén el sustrato ligeramente húmedo, y régala a través de un plato en la base de la maceta, el cual retiraremos tras un rato, cuando veamos que ya no absorbe más. La propia planta indica cuando necesita más agua al inclinarse un poco.
• Retira regularmente las flores marchitas, de esta manera favorecerás el crecimiento de nuevos brotes.
• Cada tres semanas conviene abonarla para prolongar y fomentar la floración.

Elige la tuya
Existen muchas variedades de cyclamen, unas 600 especies diferentes, con innumerables colores y con hasta 4 tamaños de flor. El rango de color no tiene fin, aunque las rojas, blancas, rosas, lilas y las bicolores son las más populares.